En la amargura de la despedida hemos encontrado en Ustedes la plataforma de solidaridad que por años hemos cultivado en nuestros corazones y que, una vez más, ha quedado plenamente demostrada. Hemos sido testigos de una despedida masiva que no atendía a compromiso social alguno sino que, por lo contrario, rebosaba del cariño filial que siempre nos han brindado y que, con humildad, esa humildad que siempre fue la característica de Juan Manuel, queremos agradecer. Gracias por acompañarnos y por dedicarle esas palabras tan hermosas que cada uno pronunció cuando unidos en el abrazo fraterno lloramos su partida.
Quiera el señor premiarles a todos y cada uno de Ustedes quienes le ayudaron a dar sus últimos pasos en calma y confort, a pesar de las dificultades de la enfermedad que padeció; a todos los integrantes de la gran familia del HOSPITAL DEL IVSS de Mérida, a los médicos y enfermeras tratantes, al personal de seguridad y al personal de apoyo, larga lista de buenos samaritanos que le ayudaron con apremio, conocimientos, cariño, cortesía y buena voluntad. Que a todos y cada uno Dios les centuplique lo que con tanto corazón le dieron a nuestro Hermano Juan Manuel.
Un ANDIGENA partió y ahora nos espera...
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