Misa en La Parroquia

Esta claro que nosotros, viajeros del mundo, somos muy especiales y únicos, y todos somos distintos, “GRACIAS A DIOS”…

El lunes pasado asistimos a una Misa en la Iglesia de La Parroquia, en la que se mencionó y se rezó por Cesar Lemoine, Andigena de corazón, compañero de muchos de nosotros en nuestros años mozos.

Sentados en las bancas de la Iglesia nos mirabamos las caras un pequeño grupo de amigos y conocidos que, como honra final, asistimos a la misa de las 18:30Hras., de ese Lunes 10 de Noviembre.

De boca de Alvaro Sandia me enteré de la muerte de Cesar, ocurrida en Margarita el dos de noviembre, y de la coordinación para la misa que estamos comentando.

Es una lastima que a estas alturas de la vida estemos tan ocupados que nos es dificil asistir a estos pequeños ultimos homenajes que se hacen para los amigos que, en su oportunidad, compartieron con nosotros distintos girones de la vida.

Sin importar la cantidad de personas que estuvieron en el sitio y compartieron las oraciones, nuestra esperanza es que el Señor, en su absoluta comprensión del mundo y sus hijos, escuchará las plegarias que tan sonoramente hicimos quienes allí nos reunimos para rendir un tributo de despedida al amigo que se fue. Esa Oracion, esa conversación con el Creador, que sin duda se repitió en todos los ambitos donde viven los Andigenas, de seguro que allanó el camino por donde transita el alma de nuestro amigo.

Son muchas las amenidades que pudiesemos escribir de los tiempos de las vacas gordas y por eso prefiero hacer un espacio para que quien lea estas líneas recuerde sus propias experiencias con Cesar, a quien Dios le guarde y recompense por su manera de transitar por este mundo.

En muchas personas su partida esta dejando un profundo vació y a todas ellas, y a todos nosotros en general, hemos de comunicar una palabra de esperanza y optimismo en las ejecutorias del Señor.

Paz a sus restos y conformidad a sus deudos…

Amigos de antes, de ahora y de siempre…

Mérida, Jueves 13 de Noviembre del 2008