jueves, 9 de octubre de 2008

Santiago de Los Caballeros de Mérida




9 de octubre del 2008 y estamos en la celebración de los 450 años de la fundación de nuestra ciudad.

Hace 50 años el sol estuvo muy amarillo y la muerte del Papa mantenía entristecidos a los lugareños que presenciaban, entre varios acontecimientos, una carrera de bicicletas organizada para conmemorar los 400 años.

Estuve en la plaza Bolívar esa tarde; alegres y tristes, al tiempo, alegres porque disfrutábamos de la recién estrenada democracia y para nuestros escasos 15 años de vida se abría un futuro sin par, donde todo sería posible, donde todos los sueños podrían convertirse en realidad, en una sociedad abierta, a escasos 9 meses de la caída de la dictadura los partidos "de izquierda" pregonaban la nueva religión política.

50 años después, luego de una hermosa época democrática, gobernados ahora por una "élite de izquierda" encontramos que no podemos ofrecerles a nuestros jóvenes actuales ese futuro promisorio que pudimos disfrutar durante 40 años, con sus altas y sus bajas, porque el actual camino que estamos recorriendo nos lleva hacia el despeñadero histórico de la mendicidad y mediocridad a que nos tienen acostumbrados los regímenes que se basan en estos postulados.

La enseñanza basada en el ejemplo de nuestros líderes actuales no permite que los jóvenes puedan otear al horizonte y ver claridad. Tan oscuros son los días que se avecinan como infelices los clamores sobre quienes son los culpables de la situación mundial. Nos enfrentamos a situaciones desconocidas para nuestros líderes y ellos no tienen la preparación profesional ni la fuerza psicológica para lograr razonar favorablemente en momentos en que se requiere prudencia, astucia, nacionalismo, acertada toma de decisiones.

Nos disponemos a preparar las honras fúnebres para la gallina de los huevos de oro cuya muerte, acaecida en los últimos 10 años, esta siendo desvelada y plenamente comprobada, gracias a la crisis económica mundial más grave de la historia conocida; el régimen no tiene herramientas para enfrentarnos a ella como país porque no han querido preparar el terreno, porque no han querido prevenir, no han ahorrado, han sido botarates, han demostrado que no tienen la posibilidad de mirar más allá de la supuesta ideología.

Cuando se requiere un país industrioso nos encontramos con un país de mendigos que se limita a formar una línea y recibir la limosna oficial. Todo apunta a que pretenderán llenar los innumerables huecos fiscales con el producto de nuevos impuestos pechando, mayoritariamente, a quienes no formen parte de la línea del régimen. No se escucha voz alguna que apunte hacia el cobro de las deudas que tienen con nosotros los países a quienes hemos estado subvencionando en calidad de limosna política. Nada permite pensar que dejaremos el despilfarro de los contratistas y “lobbystas”.

Hace 50 años, despertando de la dictadura, comenzamos a producir… se produjo gerentes tanto como se produjo comida… nuestros gerentes de nuevo cuño elevaron la calidad de la vida del venezolano, elevaron la calidad de la empresa petrolera, elevaron la calidad de la empresa siderúrgica, elevaron la calidad de la educación, elevaron la calidad de los servicios. Comenzamos a creer en el “COMPRE VENEZOLANO” y nos hacía sentir orgullosos la etiqueta de “MADE IN VENEZUELA”.



Hoy día, el régimen acabó con la gerencia al tanto que acabo con la producción, no se salvó ni la industria petrolera, ni la educación, ni el hierro, ni la electricidad, ni el agua, ni la disposición de la basura, ni el transito, ni la seguridad, y si podemos decir que las campañas anti corrupción fueron escasas en la democracia de pre-izquierda, en este ultimo periodo han brillado por su total ausencia.

El INCE, instrumento de desarrollo, se convirtió en instrumento de “deformación política” perdiendo su maravillosa coherencia formativa que es, hoy por hoy, orgullo para sus antiguos egresados. Criticábamos con empeño la decisión gubernamental de clausurar las escuelas técnicas y ahora, al convertir al INCE en instrumento político degradando su capacidad formativa de técnicos, nos vanagloriamos de este tremendo avance. ¿De donde sacaremos los técnicos que se requieren para reconstruir el país?

El Sistema Educativo, por obra y gracia del régimen, impide la superación de los estudiantes al desbaratar el sistema de evaluación para los docentes y alumnado. ¿Si no se requiere calidad para los docentes, que podemos esperar para los educandos? ¿Si no se evalúa y respetan los méritos de los alumnos, quien les dará la cara cuando tengan que enfrentarse al mundo competitivo del siglo XXI y se vean inermes y ya fuera de edades propias para ser educados nuevamente?

Hasta el orgullo de ser parte de una patria lo hemos perdido, o al menos eso nos muestran algunos de nuestros líderes quienes, al momento de tener que expresar opiniones soberanas, salen corriendo a buscar algún razonamiento y/o aprobación previa foránea.

El sol de octubre del 58 se veía amarillo y, al igual del sol de octubre del 2008, no se podía tapar con un dedo.